¿Por qué evitamos las legumbres y los cereales en la dieta Paleo?
Llega el
momento de entrar en la alimentación de la dieta paleo, que
más que sólo comer, es una forma de vida y de percepción de lo que es el ser
humano que te aproxima a un funcionamiento óptimo y saludable. Cuando
empiezas a conocer y experimentar las ventajas, te das cuenta de su
eficiencia y de la gran lógica existente detrás de ella (así como la falta
de lógica de la alimentación 'normal' de hoy día).
Sin embargo, al diferenciarse de
esta 'normalidad', surgen contrastes a nivel de paradigma o formas de
pensamiento con las creencias populares, las cuales aún basándose en
'estudios', no conocen la verdad detrás de mucha desinformación existente en la
web sobre la alimentación por los grandes intereses económicos. No sólo por la
venta de productos para ingerir, sino también por el negocio farmacéutico
interesado en mantener en auge el desarrollo de enfermedades crónicas. Por eso,
en este artículo, no sólo indicaré las desventajas de las legumbres y los
cereales debido a su toxicidad, sino que responderemos a las principales
resistencias u objeciones que surgen de la gente, o incluso de tu propia cabeza
y son necesarios dejarlas claras.
Las plantas se defienden
La
evolución es inteligente. Así como el ser humano ha
logrado una complejidad impresionante de inteligencia y desarrollo, las demás
especies existentes también han logrado formas únicas de adaptación y de
conseguir su supervivencia. Esta realidad evolutiva incluye a todos los seres
vivos, dentro de los cuales se incluyen las plantas.
El reino vegetal se caracteriza
por no tener motricidad, es decir, no pueden moverse por sus propios medios.
Para compensar esta debilidad, desarrollan fuertes defensas a nivel químico.
Los legumbres y cereales se defienden a través de elementos con los cuales
buscan intoxicar. Algunas especies se han adaptado para hacer frente a estas
defensas de los vegetales, mientras que para otras podrían ser mortales.
En el caso del ser humano, no
nos mata pero si produce efectos adversos. Nuestro organismo no se encuentra
preparado para defenderse óptimamente de los químicos de estos productos y en
algunos de los casos, son sencillamente indigeribles.
Además,
al igual que tu protegerías a tu bebé o algún pequeño a toda costa, las plantas
y cereales también hacen lo mismo. Los
granos y algunas semillas poseen estos antinutrientes en cantidades aún mayores
para evitar la consumición por parte de depredadores.
Entre estos recursos defensivos
a los cuales recurren los granos y cereales hablaré de los más destacados, que
son la rotenona y las saponinas...
La rotenona
Este
químico, extraído de las leguminosas, es conocido por ser utilizado como pesticida.
Su agresividad es mayor contra insectos y peces, pues llega a ser letal.
Sin embargo se ha considerado también como pesticida tóxico o anti-ecológico,
razón por la cual se recomienda no utilizarla. Cuando hablamos de su efecto en
la salud humana, no mata inmediatamente (y sería exagerado pues tampoco la
tomamos sintetizada en pesticida), pero si produce efectos adversos en el
organismo que incrementan cuando los consumes constantemente, sustentando así
la afirmación paleo de no comer ni granos ni cereales.
Su
repercusión principal en salud humana es que es capaz de producir apoptosis,
es decir, provoca muerte de las células al inhibir la respiración celular. Y
aquí el problema no es solamente que las mate, sino que al cortar su
respiración de oxígeno, y sumado a su consumo contínuo, puede inducir al estrés
oxidativo e influenciar en la aparición de cáncer.
Otro
efecto específico que se ha comprobado de la rotenona es que beneficia la destrucción
de neuronas de tipo dopaminérgico. Esto significa que puede inducir a problemas
de memoria y contribuir al desarrollo de enfermedad de Parkinson.
Las saponinas
Las
saponinas son compuestos presentes en los granos y cereales, que de acuerdo a
investigaciones recurrentes, se ha demostrado que la mayoría de ellas agreden
las barreras intestinales, las cuales son como una capa interna de defensa que
se encuentra en tu sistema digestivo. Éstas barreras nos protegen de los
tóxicos tantos de los mismos alimentos como de posibles visitantes indeseados:
bacterias, virus, parásitos, entre otros. Sin embargo, aún el sistema humano no
se adapta a este compuesto de granos y cereales.
Esta
agresión hacia estas barreras inmunológicas produce aperturas u hoyos en
dichos tejidos, permitiendo que sustancias y microbióticos indeseados entren en
tu torrente sanguíneo, activando así toda una
cadena de procesos proinflamatorios que desgastan tu organismo y te
aproximan a sintomatologías sistémicas. Además de esto, impide la correcta
absorción de nutrientes.
Este químico en realidad está
presente en gran cantidad de frutas y vegetales pero controlables por nuestro
sistema inmune y hasta necesarias. Pero en lo que respecta a las legumbres,
granos y cereales, se encuentran en concentraciones exageradas para nuestro
sistema. Las fuentes más importantes de saponinas a evitar son las
siguientes: avena, quinoa y amaranto.
Aún existen más razones que
convierten a los granos y cereales en anti-nutritivos para el ser humano, como
las lecitinas, el gluten y los inhibidores de enzimas digestivas, temas de los
cuáles traeré más información para un próximo post. Por eso es importante
que los saques de tu rutina si quieres una salud física estable.
Mitos sobre la necesidad de consumir granos y cereales
Ahora, ¿cuáles son los
argumentos de la voz popular para mantener consumir granos y cereales? Es de
entender que muchos se resistan a esta realidad de evitar el consumo de estos
productos. Los argumentos principales a los que debes hacer frente para
sustentar esta realidad y hacerlo llegar a otros son los siguientes:
1. Los granos
son naturales, es normal comerlos
Existen
muchas cosas que son naturales y no nos hacen bien. La gente puede decir esto
repetidas veces, pero como reitera la alimentación paleo: estas comidas
llevan poco tiempo en nuestra historia evolutiva y no estamos diseñados aún
para ingerirlas y procesarlas correctamente. Mientras que la evolución humana
lleva millones de años, el cultivo
de granos y cereales llevan no más de 10000 años de historia. Es obvio
que muchas comidas procesadas de la actualidad son aún peores, pero que algo
sea natural no tiene que ver con que estés mejor diseñado evolutivamente para
comerlo.
2. Vitaminas,
minerales y proteínas
Como ya
mencionamos, el daño que producen los granos y cereales en las paredes
intestinales interrumpe la capacidad de absorción de nutrientes al
producir perforaciones en dichas células.
3. Están en la
base de la pirámide alimenticia
Los
lácteos animales también se encontraban hasta hace dentro de esta
pirámide, a pesar de las reiteradas pruebas sobre sus efectos acidificantes y pro-cancerígenos en el cuerpo. Las bases de estas referencias
de la llamada pirámide están sustentadas en una visión muy proximal de la
salud, sin la consideración de los efectos sistémicos de los alimentos una vez
ingresados al organismo.
Además, el negocio de los
granos, cereales y aceites vegetales derivados de los mismos es muy grande, sin
contar la nueva generación de cultivos transgénicos, adueñada por famosas
empresas multi-nacionales, también enriquecidas por el consumo de medicamentos
ante las enfermedades crónicas que estos pseudo-alimentos pueden
producir.
La dieta Paleo ofrece múltiples
opciones para que puedas dejar de lado el consumo de legumbres y cereales
y mantengas un estilo de vida de calidad. Puedes leer más aquí sobre esta dieta paleolítica
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